viernes, 30 de enero de 2009

Algunos números enteros irracionales

El número irracional π goza de la dignidad de uno trascendente que, aunque incalculable, explica y clarifica. En cambio, desconfiamos de algunos números: el 7 le sienta bien a las profecías, los pecados o los samuráis. En sentido contrario, números perfectamente calculables, los cerrados en decenas por ejemplo, nos crean la sensación de que más que clarificar algo se esconde: el 10, que aparece en la boleta de un porro de la Universidad, el presupuesto en el cual se gastan 10 y se ganan 20 exactos, y las 50 firmas de un desplegado, rebatidas con las 100 del otro. Por supuesto, no sólo debemos desconfiar de las decenas exactas.

En la antigüedad el problema era el mismo; la expedición de los diez mil no debió de tener nunca ese número más que en el título que Jenofonte le impuso al libro que describe el regreso de los soldados griegos, contratados en 401 a.c. por el hermano golpista de Artajertes, gobernante Persa de la época. Ciro, el hermano, muere derrotado, lo cual es ocasión para la confección de otra mentira griega, una más, en que las aventuras esconden la empresa mercenaria de los “héroes”. Para la época se sufre del golpe de estado de los 400. No nos apresuremos a descalificar, lo improbable puede ser cierto. Para ello podemos observar, un poco más alla en el Mediterráneo, en una sociedad sin simpatías en el mundo occidental, el Consejo de los 100 de Cártago era una realidad equivalente al senado romano, órgano por la cual la oligarquía de los terratenientes gobernaba a la sociedad.

Por eso, cuando escucho del grupo de los 100, de Elba Esther y Castañeda, avizoro la exactitud esta acorde con ese otro grupo de los 10, de Nuevo León. Ambos grupos oligárquicos pretendían o pretenden influir en el gobierno o directamente en la designación de los gobernantes. Otra historia llama la atención, otro 10 (no el de un centro delantero), si no el del grupo al cual se le atribuye el control del mercado de la construcción en Hidalgo. Posiblemente el 10 es más, como en Jenofonte, título gratuito que número exacto.

Recordemos la noción de cardinalidad y ordinalidad. La segunda es de secuencia, va el 1, después el 2, luego el 3 y así sucesivamente, pero la primera es de comparación (igual, menor o mayor). El plumaje de este 10 es cardinal. Sin duda estamos ante un ente “mayor”, que decide. Los nombres HIVACO, Puerta de Hierro o Quadrini (casas Quma o plaza Q) así lo indican. La realidad del 10 la vivió 1 en carne propia en el Consejo del IMIP hace algunos años. Estando presentes ejidatarios y constructores, uno de los segundos tuvo la claridad de observar que: “estamos todos juntos, ¿por qué no ponernos de acuerdo?” Rebatí la idea, el IMIP no es lugar para repartirse el pastel, sino para planear el desarrollo urbano en beneficio de la sociedad y no de un grupo que representa un pequeño porcentaje de la población. Debut y despedida. Ya no tuve el honor de ser invitado nuevamente. Se me informó por un asistente de la importancia del grupo y de la necesidad de no distraerlos de los negocios tan serios que han emprendido, en contra del patrimonio, el desarrollo, la ecología, el buen juicio (si es que todavía existe) y hasta el buen gusto. 10 o 100, hay 1 ciudad. Se requiere de organizar a los aproximadamente 500 mil habitantes de la Zona Metropolitana, cifra estrictamente cardinal por supuesto, que hagan frente a 1 grupo, el de los 10. Esperemos esos otros 19, los regidores de Pachuca, no se hagan 0.

miércoles, 28 de enero de 2009

Seguridad e inequidad

La justicia en México siempre será de primera, no existe para los más pobres.
Jorge Lira Flores
1.- Igualdad en el reclamo, desigualdad en el fondo.

La inseguridad es de las pocas demandas que une a ricos y pobres, pero que refleja las desigualdades de la sociedad. En el reclamo acaban las similitudes entre ambos grupos. El problema puede ser visto desde la óptica de la fuente de la inseguridad, de su persecución, y de los perseguidos.

Para la clase dominante la ruptura de la legalidad no le es ajena, forma parte de la cotidianidad sobre la que navega encima de los otros. Para los trabajadores es una situación distinta. Cuando una comunidad ve amenazada su reproducción, esto es su capacidad de por lo menos permanecer en las mismas condiciones en las que se encuentra, surge la protesta y la delincuencia. La primera es una manifestación colectiva y conciente, la segunda comienza como una manifestación individual fruto de la desesperación.

II.- La desigualdad por la igualdad

La desigualdad puede provenir de la igualdad. De hecho, de tratar como iguales a quienes son fundamentalmente desiguales. La ley no hace distingos entre ricos y pobres, cierto, pero por esa razón no reconoce los recursos distintos que individualmente pueden emplear en su defensa unos y otros. Las clases dominantes tiene mayor ventaja frente a la ley, dos factores son fundamentales para ello:

1) Oportunismo
El cual deriva del “mundo” en el que viven unos y otros. Las clases dominantes se conocen entre sí, son menos y practican la solidaridad entre ellos. Por eso un pasado común: escuela, trabajo o familia, les permite conocer a sus iguales e intervenir a su favor. Si no conocen “alguien”, conocen otro que sí. Por otro lado, si la defensa mejora con la educación, y ésta es más fácil de acceder con el ingreso los ricos o la compran o la adquirieron ellos mismos.

2) Recursos
Tocqueville señalaba en La democracia en América que el sistema de fianzas garantizaba la impunidad del rico y la cárcel del pobre. Por medio de este sistema se garantiza legalmente la libertad del inculpado por medio de un pago. Por supuesto, son quienes cuentan con mayores recursos quienes pueden contar con el dinero suficiente para pagar el daño ante un mismo delito. A pesar de que la Ley establece la adecuación de la fianza a los recursos del inculpado, este ajuste sólo ocurre mayormente por la presión de los interesados y no la acción de quienes imparten justicia.

III.- Aquí si se practica la igualdad.

La persecución de la delincuencia es riesgosa, va en juego la vida en las más de las ocasiones por un salario de subsistencia. Por eso, en tiempos de crisis se requieren más fuerzas para reprimir la delincuencia originada por la pobreza, pero es precisamente la pobreza la que proporciona los individuos necesitados, duros y violentos necesarios para enfrentar a los delincuentes. Paul Vanderwood, en su libro Orden y desorden, plantea como antes de la Revolución los policías se convertían en ladrones y viceversa. La razón para cambiar de bando era simplemente la rentabilidad, ya que ambos, policía y delincuente, tienen una misma comunidad de origen y toman decisiones en forma similar. Lo que el autor también señala implícitamente es que, en ese ambiente prerrevolucionario, la delincuencia es el factor más significativo para medir la disposición de una sociedad a utilizar la violencia.

IV.- Abusos y costumbres.

En una sociedad en crisis, los primeros en resentirla son los miembros de la clase trabajadora, el endurecimiento de la policía, tanto en aquellos que optan por la delincuencia, como en aquellos que optan por la protesta, sólo puede profundizar las diferencias entre unos y otros. Sin futuro, mientras no se organiza la sociedad, los individuos desesperados rompen la norma que ya no garantiza su supervivencia y reproducción. El desorden esta ahí, la delincuencia es otra manifestación. Pero la delincuencia persigue fines personales, y no reconoce pobres y ricos, sin embargo, los primeros, los necesitados, no cuentan con la protección de la fuerza policíaca y el poder judicial. Los robos a los trabajadores, de menor cuantía en forma absoluta, golpean, a veces definitivamente, la vida de los trabajadores. Por eso el reclamo de inseguridad es tan importante para pobres y ricos, pero los primeros son difícilmente escuchados.

Marcos Souberville, secretario de seguridad del estado de Hidalgo, murió asesinado. Antes de morir se podían observar los retenes en la Huasteca, de soldados y policías y en el resto de las carreteras del estado de policías. Muerto, se retiraron los policías. Durante 2 meses no se nombró a su sucesor y el sentimiento generalizado es de que se abandonó la plaza. Por eso, una ley que deposita toda la coordinación de seguridad en el gobierno del estado abre muchas interrogantes, porque los asesinatos, levantones y el descubrimiento del refugio del rey Sambada nos indican que la delincuencia organizada ya esta aquí, tal vez siempre lo estuvo, pero ahora desafía al estado y la policía se hace a un lado. Que no se haga costumbre.

Tal vez el gobierno estatal no deba perseguir las bandas que infringen las leyes federales, pero si debe de acotar su actuación en el ámbito de su competencia, esto es, no enfrentarlos, no perseguirlos por los delitos contra la salud, pero si ser capaces de derrotarlos cuando los desafían.

V.- Desigualdad en el estado

En San Juanico, la comunidad de Ixmiquilpan tomada por 1100 elementos de la PFP, que rescataban 2 policías retenidos por las frecuentes extorsiones de las que se acusa a dicha policía, las cosas no pueden ser más desiguales. Primero se formó una policía comunitaria, ante la ola de delincuencia esa es una necesidad, porque el estado no esta presente en las comunidades. Huye mientras los habitantes quedan a merced de los delincuentes.

En la comunidad ocurrieron 3 homicidios, luego hubo 2 desaparecidos. Se reunieron con una autoridad y esta les dijo que “los muertos ya están”, mejor “les conseguimos láminas y block”.

Hubo un atropellado, se le dejo ir. Entonces hubo otro, se fue al Ministerio público, estaba cerrado, porque así permaneció por más de una semana con la intención de presionar a José Manuel Zúñiga. Fueron a Actopan, llegó la ministerio y observó, el que debe ser defensor del pueblo: “esta difícil, consiganse un abogado”. La comunidad retuvo entonces al que atropelló y mató, un menor. Durante todo el tiempo el estado no estuvo presente, después, detuvo a 32 ciudadanos de San Juanico porque no estaban de acuerdo con las medidas que tomaron por su ausencia, y se presentan no en pequeñas cantidades, como requiriera la comunidad en su momento, sino con más de mil elementos a invadir, ese es el término, y destruir. Arrojaron un tractor a una zanja, entraron a la casa de migrantes que viven en los Estado Unidos y ni enterados del problema estaban. Abrieron y sacaron ropa de los muebles, destruyeron enseres y detuvieron ciudadanos de otras comunidades y que iban pasando.

El estado deja la plaza a los narcotraficantes y pisotea o abandona a las comunidades, ¿para qué se quiere una coordinación estatal así? Que no se haga costumbre, el desorden puede preceder la necesidad de un nuevo orden.

viernes, 23 de enero de 2009

Una contradicción llamada Huazalingo

La Revolución, cuyo centenario vamos a celebrar en menos de dos años, parece no haber llegado a gran parte del territorio hidalguense.

Por ejemplo, en Huazalingo, la población no puede contar todavía con que se respete su voto. Anulada la elección, alrededor del candidato ganador, Fermín Gabino Brandi, se formó un movimiento popular que tomó la presidencia municipal.

La razón es la conformación de un Consejo de administración municipal que gobernara de aquí a que se celebre la elección en julio próximo, pero tiene su origen preciso en el nombramiento del presidente del Consejo de administración Francisco Vite Vargas.

Una de las características deseables en el nombramiento de cualquier miembro de un Consejo municipal es su capacidad de consensar y no generar más problemas en una solución a la que se llega por un conflicto.

Exmilitar, Vite Vargas, vecino de la cabecera, forma parte del grupo de político de Pedro Sagahón y se le reconoce su cercanía con el candidato del PRI Francisco Pérez Vargas. Pero el flamante presidente provisional pertenece a otra especie, con fama de prepotente y agresivo, acostumbrado a amenazar, se le señala como la persona que ocho días antes de su designación persiguió a Crescencio Hernández Coronel machete en mano por la plaza principal. Sin que se pueda precisar la razón de la anécdota, no parece ser el antecedente de quien debe actuar imparcialmente y calmar los ánimos.

Priísta, antes panista, el candidato panista hace tres años fue su sobrino, su madre regidora por el mismo partido, y en esta elección llevó a las 90 personas que acudieron en un solo día con su compadre, el notario Octavio Hernández Valencia a testimoniar la entrega de apoyos de la SEDESOL por parte de Gabino Brandi, hazaña por la cual Hernández debería de ser designado notario del año. El cargo cae por su propio peso; el candidato Gabino Brandi no es funcionario federal ni miembro del PAN, por tanto, carece de la capacidad de repartir esos apoyos.

Huazalingo parece vivir en la contradicción. El cura es señalado por distribuir despensas a favor del candidato oficial (existen testimonios videograbados), pero se anula la elección en el tribunal estatal en la que gana el candidato opositor porque se aduce repartió propaganda religiosa por un testimonio de oídas y fuera de la jornada electoral. Se busca la estabilidad pero se nombra como presidente del Consejo al principal responsable del malestar popular. La razón de estas y otras contradicciones es una sola: la intención de contradecir la voluntad popular. Torcer esta sólo conducirá a más problemas. A todos nos conviene una elección limpia en este municipio, gobernado por viejos cacicazgos y aquejado por la pobreza extrema.

miércoles, 21 de enero de 2009

Otra revolución: Sufragio efectivo

El siglo del voto simulado

Este país fue a la guerra, entre otros lemas y temas, por el de “Sufragio efectivo”. Poco antes de la última elección en la que participara Porfirio Díaz, figura omnipresente y omnipotente del México prerrevolucionario, éste le había externado a un periodista norteamericano la posibilidad de retirarse del poder y aceptar el resultado de las elecciones. Afirmación alejada en realidad de la voluntad del general y presidente, Porfirio ganó las elecciones, pero no la credibilidad de los electores. La población sabía que la votación fue un fraude. Cuando triunfó la Revolución el PRI y sus antecesores hicieron otro tanto, durante 7 décadas el autoritarismo y la simulación fueron los factores por los cuales el partido oficial se agenciaba más del 90 por ciento de los votos.

La reforma electoral como respuesta a la crisis social

En 1976 Valentín Campa fue candidato sin registro, y único contendiente de José López Portillo. En 1988 Cuauhtémoc Cárdenas movilizó a gran parte de la población. La reforma electoral, iniciada en respuesta a los movimientos sociales de los sesentas y setentas y el esfuerzo de Campa se profundizó después de la candidatura del hijo del general. El fraude electoral fue consumado en esa ocasión con la complicidad de Diego Fernández de Cevallos (para vergüenza del PAN histórico), pero el estado tuvo que “abrir el sistema electoral”, dar mayor peso al sufragio de los ciudadanos y menos a la desicisión del gobernante a la vez de ciudadanizar los órganos electorales.

La liga se tensa

Cabría pensar, después del fraude del 2006, que el sistema se debía flexibilizar para no reventar la liga y entonces se reconocería el malestar social abriendo otra vez más el sistema. Nada de eso ha ocurrido. Por el contrario. La disputa por la presidencia de la república a dado como resultado el recrudecimiento de las prácticas antidemocráticas dejando a un lado la búsqueda de la estabilidad política que motivaba las anteriores reformas electorales: los delitos electorales se cometen sin que se castigue a los responsables, como a Fox o al Consejo Coordinador Empresarial, los cuales, según las propias autoridades judiciales y electorales cometieron delitos, pero estos no han sido castigados. El PAN utiliza los mismos programas inventados por el PRI pero nombrados de otro modo para llevar a cabo las mismas prácticas y la participación e intervención de los gobernantes en las elecciones es una norma. Tal es el caso del estado de Hidalgo, donde las elección de estado ha conducido al PRI a un escenario donde gobierna poco más del 70 por ciento de la población con el 40 por ciento de los votos. Con todo y las despensas y el cemento ese fue el magro resultado. Pero esta realidad no se reconoce por nuestros gobernantes. La población reconoce el exceso de publicidad, la participación de los funcionarios, el condicionamiento de los programas y ni declaraciones ni todas las notas de prensa, como con Don Porfirio, pueden cambiar la realidad.

Huazalingo

Esto se ejemplifica con el caso de Huazalingo. Tanto en Zimapán como en este municipio se anuló la elección. En ambos las razones son risibles. En un primer momento para Huazalingo, en el tribunal estatal, se adujo como razón, el dicho de una señora, 4 días después de la elección, ante un notario público de otro municipio, ante quien afirmó que su hijo de 9 años había visto como, en un carro en movimiento, un militante del PRD había arrojado unos volantes con propaganda religiosa.

Risible de principio a fin. Esta “resolución” tuvo que dejarse sin validez por el tribunal federal, pero en esta misma instancia se decide anular entonces por otra “razón”. Se aduce en esta instancia la afirmación de 90 ciudadanos, certificadas ante un notario público, también de otro municipio, en un solo día, después de las elecciones. Los 90 afirmaron recibir apoyos de la “SEDESOL”de manos del candidato del PRD, recursos que por supuesto no son controlados por el PRD, el único que podría llegar a emplearlos es el PAN. Estas 90 personas debieron de haber pagado sus 1,500 pesos al notario cada uno, 135,000 pesos en total aproximadamente.
El actor principal de esta resolución es un magistrado del tribunal en Toluca llamado Santiago Nieto. Primo del gobernador que perdonó a su antecesor existiendo todas las pruebas para condenarlo, este magistrado dobló la ley, no contestó los argumentos en defensa del triunfo de Fermín Gabino Brandy, candidato triunfador en Huazalingo. La pobreza y la injusticias ancestrales fueron los coordinadores de campaña de Fermín. Condiciones que por lo visto no se desean cambiar.

Neoporfiriato

Anulada la elección, el congreso del estado tuvo poca sensibilidad y nombró a un Consejo presidido por el PRI. Tal vez hoy se corrija este disparate. Sin embargo, lo que mayor preocupación nos causa es esa intención de ganar a toda costa, de no detenerse ante nada. De mentir, asegurando que no se escuchen las voces diferentes. En esta época, como hace casi 100 años. El PRI puede ganar la elección, pero no tendrá la credibilidad de los electores. Todo un siglo se vivió en la simulación. La gente, en el país y en el estado ya no aguanta. Es hora de pedirle al PRI que se sume a aquellos que reprobamos la violencia. Para hacerlo, se debe comprometer a respetar la voluntad popular. Por eso, hoy debemos volver a llamar al “Sufragio efectivo”. La decisión ahora es de ellos.