martes, 27 de febrero de 2018

Los Juntos, Los Revueltos y Los Mismos (II de III).

1.- Entre los demonios más conocidos de la política mexicana se encuentran algunos líderes sindicales. Estos pertenecen a los grandes sindicatos de rama, formados al agrupar numerosas representaciones sindicales regionales o por empresa en un solo sindicato durante los años 30 y 40 del siglo pasado. El proceso de unidad se convocó para hacer frente al fascismo y crear representaciones políticas, campesinas u obreras que controlaran la, hasta entonces, gran movilización social, política y electoral de los mexicanos. El segundo objetivo fue conseguido con éxito y la falta de autonomía de los obreros logró detener la movilización mientras el salario real creció entre los años 50 a 70, durante el milagro mexicano, periodo de gran autoritarismo y falta de democracia electoral.

2.- Cuando el crecimiento se detuvo, por el monto de la deuda asociado a la forma de crecer y no por el abuso del gasto por el ejecutivo (aunque este si existió, por ejemplo, con el rescate de la deuda de los grandes empresarios de Monterrey pertenecientes al grupo Alpha). Un efecto de esta crisis fue que resurgiera la movilización social. Entonces, quienes habían apoyado a un gobierno sin democracia apoyaron “el ajuste”, esto es el proceso por el cual se generaron ahorros para pagar la deuda que reclamaban con grandes intereses el sector financiero.

3.- Con el ajuste se pagó la deuda, pero para ello se sacrificó a los trabajadores, entonces, lo que era temporal se presentó como permanente, como reformas necesarias que terminaron por bajar los salarios reales de los trabajadores durante mucho tiempo hasta el día de hoy, lo cual incrementó las ganancias de algunos empresarios, pero que, por los bajos ingresos, ha mantenido en la mediocridad el mercado interno y sacrificado a los trabajadores y pequeños empresarios.

4.- Durante este proceso “de ajuste permanente” se precisó de asesinar, comprar, golpear y de establecer toda una serie de medidas antidemocráticas al interior de los sindicatos para controlar a los disidentes, entre ellas, la multiplicación de los comisionados, para aumentar el caudal de porros y de votos; sin embargo, eso no bastaba para la movilización, por lo cual muchas dirigencias charras se renovaron sólo para poner en su lugar dirigentes aún más vendidos y, al golpearse a los sindicatos, se pudo mantener altas ganancias a costa de los trabajadores. Así, lo que era una medida de ajuste temporal, se volvió permanente: cinturón ajustado y privaciones para los trabajadores, ganancias y lujo (orgánico e inorgánico) para los grandes empresarios. Esto sólo es reconocido por empresarios y gobierno, por ejemplo, cuando se enfrentan a la realidad de las negociaciones del TLC.

5.- Elba Esther sucedió a Jonguitud Barrios en el sindicato de maestros y Romero Deschamps a La Quina en el de Petroleros, mientras Napoleón Gómez Sada (padre del muy conocido Napoleón Gómez Urrutia) impedía, con la ayuda de los gobiernos priistas (cámaras, federal y estatales) y panistas (cámara, y municipales) que se renovara la dirigencia por el movimiento disidente. Pero eso no fue suficiente para empresarios y gobiernos del PRI y el PAN. Su codicia nunca para. Deschamps se dedicó solamente a regodearse en su podredumbre y por eso ha sido respetado, Elba Esther, a pesar de ser charra, era más de lo que querían, porque tenía una cierta independencia en lo político (su apoyo electoral era impredecible), y porque los grandes empresarios demandaban meter las manos en la educación y una dirigencia aún más dócil, para lo cual hasta los charros eran disidentes.

6.- El caso es similar con Gómez Urrutia, sobre todo ante la entrega del territorio a manos de empresarios canadienses terriblemente corruptos, que violan la ley (la del trabajo y del medio ambiente, que parece no importan al gobierno) y extraen ganancias extraordinarias por la paga pobre que se mantiene en sus empresas, tanto por el despojo de pueblos que se ha sostenido por la violación a la ley y la complicidad oficial. Donde los canadienses han tenido concesiones se ha dado incluso el asesinato, impune, como corresponde a la “paz laboral” de Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, para el cual esta situación no amerita ningún comentario.

7.- No sólo han sido canadienses los interesados en que no exista ninguna representación sindical, ni una charra, esta situación, de debilidad de la clase obrera y de complacencia de los gobiernos es la que explica la existencia de un verdadero monstruo, como lo es el presidente del Grupo México German Larrea, quien era también miembro del consejo directivo de Televisa y que ha demostrado ser un verdadero delincuente en materia laboral y ambiental en México y en Perú. El negocio de la minería es duro para los trabajadores y tiene propietarios más duros: en el participaron los Zetas en Coahuila, Salinas, Autrey y Ancira que “compraron” a precio de regalo en Pachuca la Compañía Real del Monte y AHMSA en Coahuila, y dueños de minas como Larrea, que a pesar de sus altas ganancias no vacilaron en poner en peligro a trabajadores de Pasta de Conchos y engañar a sus familiares.

8.- Un tema fundamental es la democracia sindical: la razón por la cual existen los líderes charros y los neo-charros es porque el gobierno y algunas empresas violan sistemáticamente la autonomía sindical, meten las manos y pervierten todo el proceso que debería ser exclusivo de los trabajadores para acusarlos luego, entre otras cosas, de antidemocráticos. El líder de los sindicatos de protección (fraude en contra de la representación de los trabajadores por parte de empresarios y autoridades), Ramón Salvador Gámez, era reconocido como dirigente sindical por algunos empresarios mientras está prófugo por pederasta. A Juan Pablo Castañón eso no le incomoda.

En el ideal del mundo neoliberal los trabajadores deben estar totalmente desprotegidos, y este objetivo nunca ha dejado de perseguirse escalando nuevas cotas cada año, por eso sus personeros persiguen hoy a quienes han sido sus aliados en contra de los movimientos disidentes, porque nunca están satisfechos con el nivel de docilidad. Eso explica porque se suman los charros de antiguo pedigrí contra el PRI y el PAN. Se debe sumar para derrotar a los neoliberales, pero con más razón debe de sostenerse ahora más que nunca que no se trata de regresar a una época anterior. Un objetivo de cualquier gobierno del cambio debe ser el de alcanzar la autonomía sindical.

viernes, 23 de febrero de 2018

Los Juntos, Los Revueltos y Los Mismos (I de III).

Un sistema tan desigual como el mexicano crea sus demonios, los cuales pueden ser de lengua larga, cornamentas y cola retorcidas. Cuando se pretende destruir ese sistema corrupto se precisa de alianzas amplias, que incluyen algunos de los productos más acabados de ese sistema. La única justificación para hacerlas es que en efecto se va a destruir la fuente de los males y no sólo algunos de los actores que la integran. Así, la suma de estos actores es para que ya no se produzcan más como ellos. Quien quiera discutirlo en términos éticos tiene necesariamente que platearse si esas alianzas son necesarias para destruir la corrupción y si, al no hacerlas, la podredumbre continuará.

Es un asunto de decisión estratégica primero, para conseguir un objetivo, y táctica, con quienes y como va construyendo. La primera depende de cuanta fuerza es posible reunir, entre más competida sea la pelea más acuerdos se precisarán. En esto ni una fuerza está sola en México, todas reúnen las fuerzas que pueden. De lo segundo uno esperaría que estas asociaciones serán mejor entre menos malos sean los actores y entre más fuerza aporten a la contienda.

¿Qué debe hacer uno?

Primero, si está convencido de que es posible el cambió, apoyar a quien lo represente a pesar de las asociaciones que se van realizando. No es raro que quien más ataca a los actores cuestionables sean los miembros del mismo sistema que los crearon, taparon, apoyaron o fueron sus cómplices pero que ahora cuestionan por cambiar de bando.

Segundo. Comprender las críticas que hacen quienes han estado en contra de actores cuestionables, de quienes los han combatido. Estos son distintos de los que gastan millones de pesos para señalar a algunos de los muchos que abandonaron sus filas y, al contrario de quienes forman parte del sistema sus objeciones merecen respeto.

Tercero. No dejar de señalar que, si bien son necesarias las alianzas, se debe de mantener el objetivo, está si es una exigencia para quien encabeza, sobre todo si llega a ganar.

Cuarto. Cuando estos actores son negativos, se acepta el apoyo, se debe señalar la necesidad del apoyo, pero sin dejar de decir que representan lo contrario a lo que se busca. Esto tiene un doble objetivo, que estos actores y la opinión pública estén atentos y, por otro lado, hacer un contrapeso a la toma de estas decisiones de las dirigencias, que se perciba el conflicto para que se razone bien cuando son necesarias, sino, el abuso de esta práctica puede terminar por hacer estériles sus resultados.

Quinto. Cuando estas asociaciones no aportan a la acumulación de fuerzas es necesario señalarlo, porque haciendo el gasto, la pena será más grande si este es inútil por sus resultados.

Dicho esto, el proyecto de López Obrador es el único que se plantea el cambio justo de la sociedad. ¿Se matizarán algunas de sus propuestas? Es posible, pero el rumbo no ha cambiado radicalmente. En cambio, las otras opciones también matizan sus propuestas, pero partiendo de la derecha.

No apoyar el proyecto del cambio puede significar dar el voto a lo de siempre. Los que marchen juntos lo harán por un proyecto, los revueltos, que no tienen un objetivo, se sumarán en la coyuntura, y los mismos de siempre, esperan que todos se vean iguales para que todo siga igual.