jueves, 6 de marzo de 2014

Fabulario mexicano IV

La zorra que se comió las uvas
Después de mucho tiempo la zorra finalmente disfrutó las uvas. No tuvo que saltar demasiado para obtenerlas, por guardar el secreto, las adquirió a precio de oro del cuervo –al cual maldijo en silencio- las comió y comprobó que éstas no estaban verdes. Mientras se alejaba pudo observar como el ave y su socio, un tal Esopo, se miraban entre si y sonreían divertidos. Había encabezado una campaña en contra de la ingesta de los productos de la vid y públicamente tuvo que seguir sosteniendo la misma postura.