Solidaridad con Mili Batalla, Darina, Julio Menchaca, con las familias de los 103 políticos muertos y sus partidos, con estudiantes obligados, profesores acosados (de primaria o universidad), con funcionarios del INE amedrentados, con todos los mexicanos, que tienen que soportar el dogmatismo y la violencia de algunos grandes empresarios salidos del closet del conservadurismo con tufo a Maximiliano o a Salvador Borrego. Los mexicanos ya aceptamos en su momento sus candidatos y presidentes (aunque llegaran por el fraude electoral y la compra del voto), ahora deben aceptar que se decide otro rumbo por la mayoría, a la cual hoy no pueden quitar o coaccionar su voto, y que castiga no sólo la corrupción, sino la desigualdad y la explotación.
Quise dedicar unas líneas a lo bochornoso y torpe que ha sido Alejandro González Murillo, ya no vale la pena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario