La CFE heredó de la hoy extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro el encargo de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica; en Hidalgo la responsabilidad de intervenir en lo centros históricos y, en el caso de Pachuca, patrimonio arquitectónico relevante.
Mal sirve su primer encargo, es indiferente al segundo y carece de sensibilidad para abordar con las autoridades y ciudadanos el problema de la introducción de los servicios subterráneos en los centros históricos. Ahora atestiguamos como destruye el patrimonio de los pachuqueños.
En Pino Suárez destruyó una barda del perímetro de sus instalaciones que había permanecido durante décadas en el entorno urbano, para colocar unos cajeros automáticos en el cruce de dos avenidas, una de las cuales es de alta velocidad, razón por la cual correctamente el municipio no le ha otorgado permiso para abrir. Esto ocurre así porque no solicitó ningún permiso, bajo el criterio de “mejor pedir perdón” antes que respetar el reglamento y a las autoridades municipales.
Esta receta ya la había ensayado en la calle de Matamoros, en la cual destruyó toda una fachada para colocar otra de reflectasol (un vidrio altamente reflejante y prohibido por varios reglamentos de construcción). Esto lo tuvo que corregir por la presión del Comité del Centro Histórico y la anterior administración municipal de Geraldina García. Ya encarrerada, ahora la CFE destruye parte de la vieja casona de Trigueros, sin permisos otra vez, por lo cual se deberá de clausurar esos trabajos.
La CFE le ha faltado al respeto al patrimonio de los pachuqueños, lo ha destruido; le ha faltado el respeto a las autoridades municipales, al ignorarlas y al implementar una política de hechos consumados que muestra la brutalidad de sus acciones, al cerrarse al diálogo y mostrarse indiferente a nuestras necesidades y preocupaciones.
Si se confirma que el INAH dio el visto bueno a esta intervención, sin que esta mínimamente contara con los permisos del municipio, en la calle que Antonio Lorenzo Monterrubio ha identificado como el primer desarrollo urbano en la capital (de la época del Porfiriato), entonces no solamente la CFE tendrá que dar cuenta a los pachuqueños de sus acciones, el INAH deberá de aclarar su acción o su inacción.
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