miércoles, 14 de junio de 2017

San Cipriano, san Pascual y san Judas Tadeo

El gobierno en Ixmiquilpan de Pascual Charrez ya no puede ser llamado corrupto, clientelar, mentiroso o irresponsable. No es más el pésimo gobierno al cual la opinión pública mira indefensa violar la Ley Orgánica Municipal entera, como si confiara en la protección de las alturas. El presidente municipal ha demostrado ser, por lo menos, un hombre de mediano calibre. De 9 milímetros, para ser exacto.

El pasado fin de semana 4 hombres dispararon contra las oficinas de Morena en ese municipio. Los autores fueron señalados, en alguna nota periodística, como funcionarios de la presidencia, en otras, como desconocidos, lo cual en Ixmiquilpan equivale más o menos a lo mismo. Las notas pueden variar, pero hace casi un lustro que abundan los abusos en el reino de los Charrez.

Pascual pasó por el PRI, PAN, PRD, coquetea con el Movimiento Ciudadano y, antes de los balazos, parecía hacer otro tanto con Morena, pero, tanto él como su hermano llegaron por el voto de priistas, los cuales, en medio de la disputa Osorio-Olvera fueron pastoreados para apoyar un “mal necesario”: “Para que no llene el espacio Zúñiga”, lo anegaron con este grupo. No existe la certeza de la autoría intelectual (pueden ser los pastores), pero los Charrez, no sólo Pascual, carecen de credibilidad. Las otras tropelías, sin consecuencia aún, son las que hacen verosímil está. Esperamos sus protectores asuman políticamente lo que penalmente sólo pueden asumir ellos.

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