El cordero con piel de lobo
Los lobos, generosos, con el fin de crear un territorio más prospero y equitativo, después de varios meses de lucha en favor del derecho de sus agremiados, reconocieron como uno de sus iguales al cordero y lo invitaron al diálogo. Ya en la reunión, el agradecimiento por el convite se torno en valor cuando los anfitriones se disponían a merendarse una de sus patas y él amenazó con retirarse de la mesa; orgulloso, cuando ya no le quedaba seso ni criadilla alguna -sólo estomago- anunció su salida del pacto. Los lobos se mostraron públicamente contrariados mientras masticaban el problema poco a poco; de entre todos los corderos este era el que mejor les había caído.
jueves, 27 de febrero de 2014
miércoles, 26 de febrero de 2014
Fabulario mexicano II
La tortuga y la liebre
La liebre ganó la carrera. Se acostó esperando a la tortuga, se durmió y despertó ya entrada la noche, hambrienta y con frió se retiro a su casa, en donde su esposa la esperaba a la puerta, enojada y sin la cena. La tortuga, anticipando el resultado, había preferido retirarse de la salida a una cantina -cercana, no había necesidad de emprender otra competencia- y había permanecido en ella hasta bien entrada la noche en que se le había visto partir en compañía de una zorra. Ajena a la practica deportiva, sólo trataba como gato a la liebre.
La liebre ganó la carrera. Se acostó esperando a la tortuga, se durmió y despertó ya entrada la noche, hambrienta y con frió se retiro a su casa, en donde su esposa la esperaba a la puerta, enojada y sin la cena. La tortuga, anticipando el resultado, había preferido retirarse de la salida a una cantina -cercana, no había necesidad de emprender otra competencia- y había permanecido en ella hasta bien entrada la noche en que se le había visto partir en compañía de una zorra. Ajena a la practica deportiva, sólo trataba como gato a la liebre.
lunes, 24 de febrero de 2014
Fabulario mexicano
El burro que no toco la flauta
Sopló y del instrumento no emergió ni una nota coherente. El hecho escasamente se notó entre la asamblea de puercos que formaba el pequeño público, acostumbrados como estaban a todo lo que el jumento entregaba y concedía, apenas y daban cuenta de lo que éste pronunciaba; no obstante, el chiflido fue festejado por los empresarios, quienes berrearon el regalo mientras los medios balaron las reformas. Ignorante de su verdadero talento, dirige la orquesta, sólo el gran público lamenta su ignorancia. Como dijera el ingeniero Jesús Monzalvo Ángeles, “audaz es la ignorancia”.
Sopló y del instrumento no emergió ni una nota coherente. El hecho escasamente se notó entre la asamblea de puercos que formaba el pequeño público, acostumbrados como estaban a todo lo que el jumento entregaba y concedía, apenas y daban cuenta de lo que éste pronunciaba; no obstante, el chiflido fue festejado por los empresarios, quienes berrearon el regalo mientras los medios balaron las reformas. Ignorante de su verdadero talento, dirige la orquesta, sólo el gran público lamenta su ignorancia. Como dijera el ingeniero Jesús Monzalvo Ángeles, “audaz es la ignorancia”.
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