1.- Algunos de los elementos deseables que debería de tener la ZMP son los siguientes:
- Organización racional y justa del trabajo; la inclusión de actividades productivas industriales, en los servicios presencia alta de actividades culturales, educativas y de investigación.
- Distribución justa. La base para una buena distribución es el incremento de la propiedad social, la seguridad social completa y universal, actividad industrial relevante, servicios no marginales y el respeto a los derechos de los trabajadores.
- Conservación de amplias zonas de cultivo.
- Densidad de población alta en las zonas urbanas.
- Control estricto del uso de suelo.
- Seguimiento y regulación de los cambios de la propiedad de la tierra.
- Distribución de la plusvalía de la tierra.
- Servicios urbanos eficientes, completos, amigables con el ambiente.
- Control de las fuentes de contaminación.
- Capacidad de adsorción de la demanda de vivienda para nuevos migrantes de las zonas rurales y para familias con ingresos menores a 5 salarios mínimos.
- Entorno agradable, accesible, permeable, con mercados y plazas o zonas de concentración públicas cercanas en forma continua o con barrios cercanos entre sí.
- Con estructuras de planeación municipales autónomas.
- Evolución histórica propia de cada uno de los municipios, y espacios de decisión ciudadanos de los elementos relevantes de su entorno.
- Conciencia social sobre las posibilidades de crecimiento y la regulación del espacio.
- Superioridad del transporte público hacia adentro y hacia afuera de la ZMP.
- Conservación del patrimonio cultural y biótico.
Este crecimiento se ha orientado de manera natural al norte, y las políticas públicas agudizan esta tendencia, tal es el caso de los distintos planes estatales y federales como el Pro Oriente, y el de desarrollo de la ZMCM, los cuales, en el mejor de los casos logran plantear los usos e infraestructura necesaria para cumplir con distintos criterios urbanísticos en el espacio puesto por la historia a su disposición. La tendencia es seguir la tendencia, nunca se han planteado como enfrentar la demanda de las familias migrantes de escasos recursos, por lo que no sirven como instrumentos de planeación al omitir parte relevante de la realidad, ni tampoco regulan los usos del suelo para los constructores de vivienda.
Una adecuada planeación, con consenso y el compromiso político que la respalde, debe significar el rompimiento de las inercias existentes y la creación de nuevas que se orienten en el sentido estratégico del plan. Hasta ahora, demasiado cercanos al poder económico y político, la academia y los planeadores han sido incapaces de discutir los alcances de una planeación adecuada en relación con los recursos presentes y futuros, la demanda de las familias de bajos ingresos y la política depredadora de los empresarios dedicados a la venta de vivienda en el norte del Valle de México.
3.- No se precisa impulsar una vocación, la ciudad ha pasado por una etapa en la cual era un enclave industrial, prácticamente dedicada a una sola actividad, que era la minera, pero ahora la ZMP no podrá tener una vocación ni es algo deseable.
Con el crecimiento el transporte se convierte en un problema en las ciudades, un balance de actividades debe de mantener cierto grado de complementariedad, por ello, además de mantener zonas exclusivas para la actividad industrial, es preciso diversificar las existentes para que la ciudad y su zona metropolitana, que tienen una vida mayor que cualquier ciclo económico, soporten de mejor forma esos cíclicos, y se adapten más rápidamente.
Por último, en la ZMP deberán de aumentar los servicios educativos y culturales junto con la población, para que no se creen nuevas desigualdades a su interior como espacio que contiene la capital del estado y principal centro de la educación superior.
4.- Existen municipios que en este momento no tienen viabilidad como tales, podrán subsistir, pero no serán espacios autónomos con capacidad para investigar, planear y regular su crecimiento y vida cotidiana. Hasta ahora la planeación es inexistente, en el sentido de no contar con un instrumento regulador para la ZMP, con excepción, con muchas limitantes, del municipio de Pachuca (lo estatal es contrario a los criterios de toda planeación). En general, en Pachuca, su instancia de planeación ha estado en jaque permanente por la Secretaria de obras públicas. Así la planeación, o si se prefiere la inteligencia y las preocupaciones de largo plazo, se confrontan con la capacidad presupuestal, la inmediatez y la corrupción. El caso de Zapotlán es ilustrativo: el primer paso para una decisión adecuada es el consenso y la voluntad política. Este municipio ha podido enfrentarse a las constructoras y sus intereses representados por el gobierno estatal (y a veces el local), por un movimiento ciudadano que ha planteado la necesidad de mantener en ellos, y en el municipio, la capacidad de decisión, en particular sobre el uso del suelo, y han derrotado el intento por sostener una Ley de asentamientos humanos estatal que expropia las capacidades otorgadas al municipio por el artículo 115 constitucional.
Esta capacidad de intervenir en sus asuntos comunitarios es, en algunos casos, directa a la escala de la población y la tradición local (Epazoyucan, Zapotlán y Mineral del Monte), aunque en el caso de San Agustín Tlaxiaca y Zempoala, si bien esa tradición es fuerte, no se ha traducido en una discusión o defensa de los problemas y necesidades urbanas del municipio.
En el caso de Pachuca y Mineral de la Reforma se muestra un hartazgo social, pero el crecimiento desmedido en Pachuquilla ha destruido el tejido social. Esta posibilidad podrá cambiar en el futuro, en un caso, de Pachuca y Mineral de la Reforma, por la presión electoral, y en el resto es posible por la movilización ciudadana y popular.
En general podríamos de manera muy general esquematizar las posibilidades de control de las comunidades de cada municipio.
Ubicación esquemática de las posibilidades de intervención comunitaria en la regulación del uso del suelo en los municipios de la ZMP.
Ubicación esquemática de las posibilidades de intervención comunitaria en la regulación del uso del suelo en los municipios de la ZMP. | |||
Municipio | Capacidad de planeación | Participación comunitaria | Posibilidad |
Pachuca | Alta | Media | Media-Alta |
Mineral de la Reforma | Baja | Baja | Baja |
Zempoala | Baja | Baja | Baja |
San Agustín Tlaxiaca | Baja | Baja | Baja |
Epazoyucan | Baja | Media | Baja-Media |
Zapotlán | Baja | Alta | Media-Alta |
Mineral del Monte | Media* | Media | Media |
*En el caso de Real del Monte los asuntos de orden federal posibilitan mayor conocimiento y planeación, si bien esas capacidades no le pertenecen al municipio.
5.- Por ello, si bien la planeación es necesaria, está, aun cuando se realice adecuadamente (en general no es el caso) carece de efectividad si antes no se manifiesta la voluntad de los ciudadanos por regular y controlar su espacio. Al no ocurrir esto a nivel municipal, no puede tener posibilidades a nivel metropolitano, desde donde se podrían corregir y alentar procesos adecuados, pero para el caso del estado de Hidalgo se cuenta con una simbiosis entre los empresarios de la construcción y la clase política local.
6.- Lo ideal son espacios de planeación municipales, que le den su propio sentido histórico al municipio, y un espacio de planeación metropolitano, que plantee las posibilidades regionales y conjunte los esfuerzos y presupuestos en torno a ellas.
Una posibilidad de generar mayor conciencia sobre el problema es elaborar diagnósticos y llevar un seguimiento de la problemática municipal desde una instancia metropolitana, la cual podría presentar sus resultados a Consejos sociales. Por ahora el consejo del IMIP está bloqueado por los constructores, y el conocimiento de la realidad municipal no es difundido y es controlado desde el gobierno del estado. Esta posibilidad sólo puede generar mayor conciencia, para que los municipios recuperen el control de su espacio e historia se requiere de la participación ciudadana.
7.- Si se plantea la posición frente a los actores ésta puede tener las siguientes posibilidades, los que deben:
- Disminuir su importancia en la toma de decisiones.
- Ser escuchados.
- Ser tomados en cuenta (organizados o no y aún sin voz).
Entre el segundo grupo se encuentran los técnicos de segundo nivel del gobierno, la academia, las ONGS y los movimientos sociales (en Zapotlán y Mineral del Monte por ejemplo).
En el último grupo se encuentran los ejidatarios (excluyendo a los dirigentes del municipio de Pachuca) y las familias de menos de 5 salarios mínimos.