- El ejecutivo del estado de Hidalgo ha lanzado una iniciativa de reforma para modificar la constitución y la Ley por medio de las cuales se incrementará el periodo de los ayuntamientos de 3 a 4 años.
- Acabamos de pasar por una reforma que no resolvió los problemas de fondo señalados por la oposición pero, lo más importante, no se discutió ampliamente entre la ciudadanía.
- La aplicación de la reforma se pospuso por la realización de las elecciones (abundantes en el estado, al menos eso se adujo), y debido a que el legislativo fue incapaz en su conjunto de hacer una propuesta y conducir el proceso.
- La discusión debió ser considerada como momento aparte al de su votación. Este no fue el caso, razón por la cual el resultado fue pobre, el tiempo exiguo y los involucrados en su elaboración pocos.
- La reforma provino del ámbito federal y pretendía empatar las elecciones cada tres años en todo el país. La interpretación más restringida (escogida en nuestro estado) sólo pretendía entender que el mes en que se debían realizar las elecciones debía ser julio.
- La nueva reforma sólo habla de los años en que durará el gobierno municipal y cambia un 4 donde había antes un 3 en el texto constitucional. La propuesta se ha realizado en otros tiempos y foros por personajes de todos los partidos, pero en términos estrictos esto implicaría la multiplicación de las elecciones y que el empate se realizaría cada 12 años. En resumen, sepultaría la anterior reforma regresándonos a un estado similar al inicial.
- La Reforma entonces resulta una Contrarreforma pero, persistentemente, lo más importante no es lo que contiene sino de lo que carece. Podemos elaborar una breve lista de lo que deberían abordar nuestros diputados:
- Autorregulación de los Medios de comunicación.
- Equidad en los medios oficiales.
- Obligatoriedad de los debates en todos los niveles organizados por la autoridad electoral.
- Candidaturas comunes.
- Candidaturas ciudadanas.
- Equidad en las campañas electorales.
- Nos enteramos por las notas de Alberto Witvrun que el espacio destinado a lo que iba a ser el Museo de Arte Contemporáneo de Pachuca (MUAC) será ahora Salón de la Fama del Fútbol Mexicano. Esperamos sea de la mala fama, para que ahí adentro se reúnan algunos especimenes dañinos, y así las futuras generaciones se ilustren en esas artes obscuras de las que tanto precisan defenderse.
- El lugar designado para el museo está en la zona plateada. Al inició me pareció, y así lo manifesté, no se necesitaba esa inversión, sino mucho más, que el sur no tenía “centro” pero, contrario a esta necesidad, el diseño era excluyente (se accede sobre todo por automóvil) y que la reja perimetral debía ser destruida.
- El caminante encontrará varios aciertos en el sitio, como el rescate de las palmas, pero seguirá distinguiendo un complejo comercial y urbano exclusivo con su área de esparcimiento.
- En su momento también me pareció se debían construir puentes peatonales anchos, por lo menos de 20 metros, que fueran hitos estéticos y urbanos que comunicaran a las colonias marginadas aledañas, y fueran un centro de socialización en si mismos que unieran lo que la carretera alguna vez separó y ahora lo hace el dinero.
- Por eso cualquier inversión realizada debería de corregir esos sinsentidos, pero si esos defectos se muestran aún hoy, el cambio de un museo por el salón de la fama sólo puede traer malestar y descontento. No son pocas las veces que proyectos culturales se han visto mermados o destruidos por la decidía o el negocio, pero se esta en momento de recapacitar: se debe de conservar su destino original, después, ese será su legado.
Circuló por Internet un boletín apócrifo carente de valor informativo. En el estado existen algunos personajes, unos 4 o 5, especializados en suplantar personas, elaborar pasquines y volantes anónimos. En este caso casi nadie le dio valor periodístico en si mismo, con excepción de hora25, AEXA y el secretario general de UAEH. No valiendo la pena tocar el fondo, sólo es importante señalar que las palabras amenazantes de Gerardo Sosa, en respuesta al libelo, no son las que deberían de estar en boca del secretario general de una institución como la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.